¿Has visto alguna película en la que alguien tiene amnesia debido a un fuerte golpe recibido? Se olvidan de quiénes son, a veces, desconocen las relaciones más íntimas en su vida y, al no saber quiénes son, no saben qué hacen o qué deberían hacer. Aunque esta condición, generalmente se relaciona con el cuerpo físico, también ocurre en lo espiritual. Algunos hijos de Dios se olvidan de quiénes son y dejan al lado la relación más importante en sus vidas. Otros, al olvidar cómo el Padre siempre ha sido fiel en el pasado, entran en pánico o desilusión en situaciones adversas del presente y salen corriendo a solucionarlo todo con sus propios esfuerzos, frustrándose y saliendo de ese lugar de reposo y fe. La amnesia les roba a las personas todo el bien que tienen en la vida.
Las causas y los síntomas de la amnesia en un contexto físico pueden variar, pero vamos a enfocarnos en la amnesia espiritual que provoca la pérdida de memoria en contexto a tu relación con Dios. No es que realmente no se pueda recordar, o que haya un bloqueo mental que impida que tu memoria se active en un momento de necesidad, dándote las herramientas necesarias para vivir en la dimensión del reino de Dios que te corresponde como hijo. La amnesia espiritual viene por el descuido de una o dos áreas en la vida; es importante conocer su peligro y cómo prevenirla.
Cuando estás a pleno en tu relación con Dios, seguramente piensas que jamás podrías olvidar quién es Cristo para ti, las experiencias que has vivido con Él o su fidelidad demostrada una y otra vez en tu vida. Hasta podemos llegar a frustrarnos con aquellos que demuestran síntomas de amnesia espiritual. Pedro también pensó lo mismo: «nunca te voy a olvidar o negarte». Con todo, en un momento de presión, la amnesia lo llevó a olvidar quién era Jesús para él; dejó de lado la advertencia que el mismo Jesús le había dicho, y no recordó todos los milagros y las manifestaciones sobrenaturales que había visto. Lo único que le impulsó en ese momento fue el peligro y la necesidad de autopreservación que percibió.
Otro ejemplo de amnesia espiritual es la tribu de Efraín en Israel. Era una tribu reconocida por tener grandes guerreros y excelentes arqueros. Habían sido testigos de la intervención sobrenatural de Dios en muchas batallas, y conocían las promesas de Dios para ellos como nación. No obstante, en el Salmo 78 se menciona que ellos volvieron la espalda en el día de la batalla, olvidaron su pacto, la Palabra, y las obras y maravillas de Dios. Esta gran tribu abandonó a sus compañeros en medio de la refriega de la batalla.
La amnesia espiritual te priva de tu íntima relación con Cristo y, por consiguiente, te impide ejercer tu fe, vivir tu identidad y propósito, y disfrutar la vida en abundancia que Cristo te dio. Todas las cosas que te han sido dadas quedan fuera de tu alcance, porque te alejas de quien eres, olvidándote de quién es tu Padre y las muchas experiencias que ya has vivido con Él. ¿Cómo podemos prevenir la amnesia espiritual que ha llevado a tantas personas al dolor, pérdida, frustración y una vida fuera de propósito?
El cuidado relacional
La fuente de tu vida es Cristo, y él debe ser el centro de todo tu ser. Él no es un agregado o un simple condimento para tu vida, Él es tu todo y te sostiene en esa perfecta armonía de vida, a medida que sigues descubriendo todo el potencial que tienes como hijo. Eres un ser integral, y quien te lleva a vivir completo es Cristo. Cuando te desconectas de la fuente, te olvidas de quién eres y el porqué de tu vida.
El agradecimiento
El Padre siempre es fiel, está siempre presente y te sacará de todas las dificultades que puedas enfrentar. Pero tú ya lo sabes, porque lo has experimentado más de una ocasión. La tribu de Efraín olvidó las obras y las maravillas de Dios, permitiendo que se desvanecieran en el pasado. No trajeron a memoria sus grandes obras, las victorias ganadas y sus misericordias en numerosas situaciones. No debemos vivir en el pasado, pero sí traer a la memoria las vivencias con el Padre, ya que el testimonio de Cristo es el espíritu de profecía que predice lo que puede suceder. Los testimonios que tengo me recuerdan quién es Él, y quién soy para Él; me recuerdan su fidelidad y su amor. Cuando permites que la situación sea más grande que tu Padre, la amnesia te impedirá recordar todas sus grandes obras y maravillas que Él ha hecho en ti.
Podemos vivir de manera integral como hijos de Dios en identidad, esencia y propósito, comprobando la vida en abundancia que nos fue dada. Podemos evitar la amnesia espiritual que conduce a la ruina y pérdida. Cuida tu «común unión» con Cristo, recuerda quién es Él para ti y en ti. Trae a la memoria las hermosas obras, ya sean grandes o pequeñas, que Él ha hecho por ti, y vive agradecido. Cada vez que te enfrentes a la adversidad, recuerda, recuerda y vuelve a recordar. Él ha sido fiel, y siempre lo será.
Autor: Kimberly Angulo