¿Sabías que las emociones funcionan dentro de nuestra alma como indicadores, no para vivir guiados por ellas?
Las emociones surgen de nuestros pensamientos; por eso es muy importante hacer una pausa y pensar en qué pensamos. Es una práctica que deberíamos hacer un hábito en nuestra vida.
Hace muchos años, escuché a mi Apóstol Martín citar un versículo que deberíamos usar como «la aduana» para nuestros pensamientos. En la aduana, si un producto no cumple con las condiciones requeridas, no puede seguir su curso; bueno, así deberíamos aplicar este versículo en nosotros.
Filipenses 4:8
Por lo demás, hermanos, … en esto pensad…
*Todo lo verdadero.
*Lo honorable.
*Lo justo.
*Lo puro.
*Lo bello.
*Lo admirable.
*Lo exelente.
*Lo que es digno de alabar.
O sea, sí puedo hacer un alto y pensar; si lo que estoy pensando cumple con todos los requisitos antes mencionados puedo dejarlo pasar, si no, lo desecho.
Los pensamientos buenos, producen emociones correctas.
Los pensamientos malos, producen emociones incorrectas.
Si estoy experimentando emociones incorrectas, debería hacer un alto y evaluar lo que estoy pensando. Romanos 12:2, dice que debemos renovar nuestra mente, trabajar día a día en nuestros pensamientos.
Es importante alinear nuestra alma a nuestro espíritu todo el tiempo.
1Corintios 2:13, dice que debemos acomodar lo espiritual a lo espiritual.
Hoy todo nuestro ser es espiritual, somos seres integrales: espíritu, alma y cuerpo.
Debemos ser diligentes en hacer prosperar nuestra alma cada día.
3 Juan 2, dice que debemos vivir prósperos y con salud, pero esto es el fruto de haber hecho prospera nuestra alma.
Si nuestra alma no prospera vamos a vivir en escacez, en pobreza y con enfermedad, porque un alma (pensamientos, emociones, voluntad) no alineada al espíritu, es peligrosa porque nos miente todo el tiempo; por eso, no podemos vivir guiados por ella.
Hay uno solo que puede guiarme: el espíritu, solo él nos guía a la verdad. Cuando conocemos la verdad, trae libertad a nuestra vida.
Juan 16:13-15
Juan 8:31-32
Solo de mí depende vivir esa vida ya establecida para mí.
Vivir próspera en todas las áreas de mi vida y sana no solo físicamente, sino en mi alma también.
Elijamos en este tiempo vivir guiados por el espíritu y no por las emociones.
Lo que pensamos no funciona si no está alineado a los pensamientos del Padre.
Él siempre piensa bien, según lo que dice Jeremías 29:11.
El ya ha establecido un buen futuro para nosotros y somos los únicos responsables de vivirlo.
¿Cómo vas a pensar?
¿Cómo vas a sentir?
¿Cómo vas a actuar?