Muchas veces, no entendemos que podemos tener una mente transformada, capaz de ver la realidad de lo que nosotros somos, a través de lo que Dios dice desde la perspectiva divina.
Juan 4:35 ¿Cuál era la perspectiva con la que miraban los discípulos? ¿Y Jesús? Cuando dice “Faltan 4 meses para que llegue la ciega” refleja que sus discípulos vivían con una perspectiva natural. Sin embargo, Jesús les dijo: “alcen sus ojos…” es decir, tengan la perspectiva del cielo. Si tenemos nuestra mente renovada, vamos a poder mirar desde un sistema absoluto, y no desde un sistema ilusorio, caído. Es decir, es fácil creer desde lo natural, ejemplo: me falta, nunca me alcanza, etc., conociendo o sabiendo que en el Salmo 23, dice la Palabra, que Él es mi Pastor y nada me faltará. Pero cuando vivimos desde la perspectiva divina no importa lo que nuestros ojos ven, porque miran desde otra manera, desde lo absoluto.
¿Desde qué perspectiva estás mirando tu vida, tu familia, tu barrio, tu ciudad, tus hijos, tu billetera, tu salud, tu empresa, etc.?
Pensemos juntos, compartir nuestras perspectivas, y cómo nos calificaríamos del 1 al 10, en cómo es nuestra mirada y porque es importante entender que el Padre quiere que prosperemos en todo, tenemos el derecho de vivir bien, hemos visto que los discípulos tenían la mentalidad de sabiduría, de pobreza, desde lo natural, desde afuera y no podían ver desde adentro. La sabiduría de pobreza nos hace amar al dinero (necesito más dinero, tengo que trabajar más horas…) en cambio, Jesús veía la abundancia en ellos.
Establezcamos pasos prácticos para renovar nuestra mirada desde la perspectiva absoluta, desde el reino, entendiendo que somos la mejor persona, que nada nos falta, que todo está provisto.