La bendición suple, sacia y sobra no solo es para nosotros, sino para dar. Entonces. cómo vivir por encima de las necesidades que nos rodean, que todo lo que tenemos en Cristo, toda la bendición que tenemos (paz, amor, buenas noticias) es para repartir.
Una de las cosas para vivir por encima de las necesidades es decir bien (bendecir); así como nosotros hemos sido bendecidos por el Padre y Él dijo bien de nosotros. Él nos bendijo con toda bendición, dijo bien de nuestra economía, familia, salud, y hoy tenemos que ponernos en sintonía con Él. Vivimos lo que decimos todo él tiempo (en cada situación), no lo que declaramos.
Solo vamos a vivir quienes somos y la grandeza del propósito de Dios para nuestras vidas si logramos tener una relación íntima con el Espíritu Santo (Dios en nosotros).
El Espíritu Santo está dentro de nosotros y sobre nosotros (Lucas 4:18) para que podamos restaurar vidas, familias, salud. Él nos ungió para sanarnos primero y hacernos libres, sanos y fuertes para que podamos restaurar a otros, transformar nuestra comunidad.
2 Corintios 3:16-18. El Espíritu Santo es el que quita el velo para que podamos ver (entender). A veces hay una brecha entre lo que sabemos (de lo que es la voluntad del Padre para nosotros) y lo que vivimos, por ejemplo, sabemos que somos prósperos pero no llegamos a fin de mes. Saber no es suficiente, hasta que no
somos transformados, no logramos vivir la voluntad de Dios. No somos transformados por una conducta, sino porque vemos al Señor, la abundancia que somos (porque el abundante vive en nosotros). Al ver, somos transformados a la imagen que vemos. ¿Qué cosas nos impiden ver? Las malas noticias, lo que vemos con los ojos naturales. Cuando estamos enfocados en lo que hacemos y no en lo que somos. Cuando nos volvemos al Señor con el corazón abierto, el velo se quita, se abre nuestro entendimiento, se prende la luz en nuestro interior, logramos ver y
podemos echar mano a eso que vemos con el corazón.
Romanos 2:4 ¿Qué es arrepentimiento? Es una palabra griega (metanoia) que significa cambiar la estructura de nuestra mentalidad. El arrepentimiento nos permite ver y ¿qué es lo que nos lleva al arrepentimiento, al cambio de nuestra mentalidad? Es la benignidad (bondad) de Dios, que nos hace confiar que Él es bueno y nos ama. La bondad del Padre no depende de nosotros, no es por lo que hacemos. Ejemplo: si leemos la Biblia, si oramos lo suficiente. Una mente no renovada nos aleja de la vida de Dios, de la abundancia, porque nos vemos
alejados, que nos falta. Hasta que no tenemos un encuentro con su bondad y nos volvemos al Espíritu Santo, no logramos ver y echar mano de lo que es nuestro.