La importancia de caminar donde Dios quiere que caminemos.

Para esto es importante nuestra creencia a Él, nuestra confianza en su bondad y amor, para así entender que lo que eligió para nuestras vidas es bueno y en gran manera. Dios es nuestro Padre, nuestro creador, quien conoce nuestros anhelos, pensamientos. Y si no escatimó ni a su propio hijo, ¿cómo no nos dará juntamente con él todas las cosas?

1° Juan 1:31 ¿Cómo tenemos que mirar el amor del Padre?, y ¿Por qué? Su amor es asombroso cuando miramos desde el espíritu… vemos y entendemos que no necesitamos hacer algo para ser hijos, sino que es lo que el Padre HIZO, por nosotros. Nos amó primero “más allá de…”. Hay una gran diferencia entre saber y vivir, revelación, entendimiento de estas verdades. Revelación no es algo que inunda nuestro corazón y nos hace sentir contentos por un momento, sino que es algo que establece en nuestras vidas un sistema de raíces profundas que vence toda circunstancia de antemano y nos defiende día a día. Ejemplo: raíces profundas de prosperidad, de sanidad, de paciencia, de hablar bien, de buen carácter, etc. Cuando se nos revela esa verdadera identidad, podemos vencer cualquier mentira, el Hijo de Dios vence por identidad y no por fuerzas, es el diseño de hijo que precede de adentro hacia afuera, hacia lo visible. Cuando entendemos que somos hijos, lo primero que se nos revela es que la gracia nos diseña, crea un sistema de raíces profundas en nuestro interior que va contrario a lo que el sistema del mundo dice de nosotros. Nuestro diseño de hijo nos impide bajarnos a un nivel inferior de lo irrelevante, lo que no tiene sentido para la nueva criatura. ¿Qué es lo que gobierna hoy en nuestras vidas? ¿Cuáles son las raíces que tengo que profundizar más? Veamos en una escala del 1 al 10, ¿cómo calificaríamos, después de haber compartido, las áreas a profundizar como hijo? ¿Qué paso de acción podríamos tomar para activarlas y vivir la identidad de Hijo que ya nos fue dada? Ejemplo: Me califico con un “6” porque hay áreas en cuanto al hablar bien ante situaciones; no estoy respondiendo como hijo del Padre. Mis pasos de acción serían no reaccionar a la manera natural, pensar como Él lo haría, hablar bien de esa persona, hacerle un regalo o compartir un tiempo con ella o él… y Vos como te calificas?

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