Mi Matrimonio no está Hecho en el Cielo

¿El matrimonio está hecho en el cielo?” Si uno utiliza a google para esa pregunta, se va a encontrar con muchos artículos y opiniones sobre lo mismo. Tal vez si estás casado, quisieras saber si tu matrimonio está hecho en el cielo. O si tienes intención de casarte un día, querrías saber si hay un matrimonio hecho en el cielo para ti. Y si hay matrimonios hechos en el cielo, ¿qué pasa si el mío no lo fue hecho desde allí? O ¿Cómo aseguro que el matrimonio que voy a contraer el día de mañana es del cielo?

Si fuera posible que el matrimonio sea hecho en el cielo, ¿qué significaría esto para ti? ¿Cómo comprenderías tú esa realidad? Algunos dirán, “debe ser un matrimonio perfecto, sin discusiones donde los esposos andan flotando sobre una nube en su casa por la elevada vivencia del cielo que tienen”. Otros, tal vez los que tienen la tendencia de “tener los pies sobre la tierra”, dirían algo así, “Dios creó el plutonio también, pero es el elemento natural más peligroso”. Déjame darte una idea de lo peligroso del plutonio, algo que Dios creó, igual que el matrimonio, pero muchas veces mal utilizado, según en qué manos está.

El más grande y malo de todos los elementos que ocurren naturalmente es el plutonio con un número atómico de 94. Es altamente radioactivo. La inhalación es la ruta más dañina para la exposición al plutonio y una estimación sugiere que 500 g de polvo de plutonio liberado en el aire serían suficientes para matar a casi 2 millones de personas. Además de estas cualidades tóxicas, el plutonio es también el material de elección para las armas nucleares. Considere el kilogramo de plutonio puro, contiene suficiente energía para alimentar una ciudad importante durante varias horas. También es suficiente para hacer una explosión de 10 kilotones, es decir, lo mismo que 10,000 toneladas de explosivos convencionales. Esto es aproximadamente la mitad del tamaño de la bomba de Hiroshima. (Tomado de planetdeadly.com/nature/10-dangerous-chemical-elements).

Piensa en esto, un elemento natural, creado por Dios con propósitos buenos, el más poderoso de todos, puede dar energía a una ciudad o la puede destruir, según quién lo usa y cuales son sus intenciones. Así es el tema del matrimonio. Fue establecido por Dios porque vio que no era bueno que el hombre estuviera solo. Así que sacó del costado del hombre “algo” y formó a la mujer. Significa que hay “algo” que el hombre ya no tiene. Dios lo puso en la mujer. Pero al mismo tiempo, el hombre quedó con “elementos” que no fueron utilizados para formar a la mujer. Podríamos decir, que Dios creó el co-ser del hombre cuando formó a la mujer. En esa relación de matrimonio, entre un hombre y una mujer, está la potencialidad de tener una entrega el uno al otro para constituir un “uno”. No me refiero a perder tu identidad o tu diseño único o tu libre albedrio. Me refiero a la potencia y posibilidades que están dentro de un matrimonio de pacto.

Un matrimonio bíblico, es un pacto realizado delante de Dios entre un hombre y una mujer (nacido así biológicamente), que se comprometen el uno al otro para toda la vida. El matrimonio establecido por Dios fue diseñado así y conlleva no solamente el sello de Dios, sino la gracia y el poder de llevar ese compromiso a su propósito eterno. Un matrimonio entregado a los propósitos de Dios tiene suficiente potencia que puede cambiar el rumbo de miles de generaciones, afectando la historia de la humanidad para siempre.

Cuando se trata del matrimonio, no se trata si “está hecho en el cielo” o no. Todo depende de “en las manos de quién o quiénes está” y el uso que se va a dar a esa relación de pacto. La calidad y el destino de un matrimonio depende de la responsabilidad mutua del esposo y la esposa de cuidar y dar el buen uso a esa relación de pacto. Tiene que ver con ese hombre y esa mujer que tomaron la decisión de entregar sus vidas el uno al otro y a su matrimonio de propósito. Ese matrimonio tiene acceso a la bendición de Dios para prosperar en toda buena cosa.

La palabra entregar significa poner algo en las manos o en el poder de otra persona, como también, llevar o transportar a su destino. Esto es poderoso. Un matrimonio entregado el uno al otro, puede entregarse como matrimonio a Dios y juntos, transportarlo a su destino. No hay otra manera de llevar ese matrimonio a su destino sin ese clase de compromiso y sin tener a Dios como el centro. No es solamente una entrega emocional o física. Es la entrega de tu corazón, tus intenciones, tus palabras y tu servicio al bien que el cielo tiene para él.

Estoy plenamente convencida que cada matrimonio puede apropiarse de los designios del cielo para él sin importar su pasado. También estoy muy consciente que vivimos nuestros matrimonios aquí en la tierra y sin la determinación de vivir esa relación “como en el cielo”, será difícil transportarlo adonde Dios quiere. Tu compromiso, tu entrega y tu determinación para tu matrimonio son algunas de las cosas más valiosas que puedes dar a tu cónyuge.

Estos tres elementos tienen una fijación tan poderosa que cuando tu matrimonio es vivido con la medida de fe que Dios les entregó, no habrá nada ni nadie que logre separarlos de los designios eternos. Tu matrimonio es poderoso en Dios y tiene el potencial de construir los grandes sueños depositados por Dios en sus vidas. Si tu matrimonio se mantiene en las manos de Dios, ten por cierto que tendrán todo lo que necesitan para enfrentar cada dificultad. Si dejas tu matrimonio a la deriva o en las manos de las influencias en este mundo, tu matrimonio estará en peligro de no llegar a su destino. Tu matrimonio está diseñado en el cielo pero construido aquí en la tierra por ti.

22 Pues esposas, esto significa siendo de apoyo a sus esposos como están devotas con ternura a nuestro Señor, 23 porque los esposos proveen liderazgo para la esposa, tal cuál como Cristo provee liderazgo para su Iglesia, como el Salvador y Vivificador del cuerpo. 24De la misma manera que la Iglesia está dedicada a Cristo, que las esposas sean dedicadas a sus esposos en todo. 25Y a los esposos, ustedes deben demostrar amor por sus esposas con la misma devoción tierna que Cristo demostró a nosotros, su esposa. Pues Él murió por nosotros, sacrificándose a si mismo.      Efesios 5:22 – 25 TPT (traducido desde el inglés)

El que halla esposa halla algo bueno Y alcanza el favor del Señor. Proverbios 18:22 NBLH

La mujer ejemplar es gozo y corona de su marido, pero la que es mala lo destruye. Proverbios 12:4 NBV

Compromiso, entrega y determinación son algunos de los elementos más valiosos que puedes dar a tu cónyuge.

Coloca tu matrimonio en las manos correctas, las de Dios.

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