VISIÓN. Una palabra que abarca muchísimas facetas. Lo más importante es tener bien claro qué es tener una VISIÓN PERSONAL. Cuando no tenemos una visión personal, es muy difícil mantenerse en una visión espiritual.
La visión nos permite caminar en una identidad fuerte. Con fuertes fundamentos, convicciones, seguridad, confianza, determinación, dirección.
Génesis 16:1-3 ¿Cómo era la visión de Sarai? ¿Cuál fue la palabra que soltó?
Cuando tenés una visión distorsionada, sometes tu vida a dar a luz lo que después tenés que confrontar de por vida. Sarai hacía años que estaba esperando tener un hijo, y ¿qué hizo? Apresuró su decisión, desistió no solo a su visión sino a la
palabra de Dios. ¿Cómo se estaba viendo? (envejecida, seca, estéril ,etc.) ¿Cómo te estás viendo? ¿Qué salió de la boca de Sarai? Salió una visión distorsionada (división, doble creencia), visión natural, no nos olvidemos que Dios es fiel y siempre cumple su Palabra.
Santiago 1:8-11 dice que: “Una persona de doble visión, con la creencia de que a veces sí, a veces no, se vuelve inconstante en todos sus caminos.” En otras palabras, no logra concretar una visión personal porque está débil y dividida.
En Números 13:1-28, ¿para qué fueron enviados los 15 príncipes? ¿Qué vieron?, vieron abundancia, frutos grandes, y le mostraron los frutos que tomaron de la
tierra a Moisés y Aarón, una tierra donde fluye leche y miel, pero que, sin embargo, el pueblo que habitaba allí era poderoso. Vieron gigantes, vieron las circunstancias;
escogieron tener una visión distorsionada ante la situación. ¿Cuál es, “el sin embargo…” que no te permite ver tu visión correctamente?
En Números 14:6-9 ¿Qué vieron José y Caleb? Ellos vieron lo correcto, no miraron la circunstancia. Cuando la visión está bien enfocada, si hay gigantes que se quieren levantar, los vas a ver pequeños. No debes tener miedo a la circunstancia porque el Fiel y Justo, cumple en su tiempo. Solo debemos esperar en Él.