«Las tiernas misericordias de Yahweh no tienen fin
y la bondad de su amor infinito nunca se agota».
¿Alguna vez has escuchado la frase «nuevos comienzos» o el significado profético del número 8, que representa nuevos comienzos? Si sientes la necesidad de un nuevo comienzo, te llena de esperanza esta oportunidad, deseando que te lleve a vivir aquello que anhelas pero aún no has alcanzado. Para otros, que tal vez ya están viendo el fruto de su enfoque, metas e intencionalidad, podría ser una oportunidad para avanzar a otra dimensión, afinando su enfoque, objetivos y dirección.
Al acercarse el fin de año, muchas personas sienten que ya están funcionando con sus últimas fuerzas, recurriendo a su reserva de energía, creatividad y sentido de propósito. Se perciben en la necesidad de hacer una pausa para recargar antes del año nuevo. Para ellos, el fin de año parece una oportunidad para rendirse al siguiente esperando mejores tiempos, mayores «resultados» y un mejor año. Sin embargo, en el reino de Dios no es necesario esperar hasta el fin de año, ni al final de un mes, para experimentar una renovación o algo nuevo y fresco. Las misericordias del Padre y su bondad son ilimitadas, nunca se agotan y siempre están a nuestra disposición. Vivir con esa perspectiva cambia radicalmente la manera en que te relacionas con el Padre y cómo vives tu vida diaria.
«Nuevas y frescas misericordias me saludan con cada amanecer».
Cuando llegué a Argentina hace ya 37 años, una de las cosas que más me impactó fue la cultura del «pan fresco». Todos los días, prácticamente sin excepción, la gente iba a la panadería a buscar pan recién hecho. El pan del día anterior solo servía para hacer tostadas, y la verdad es que no hay comparación entre lo de ayer y lo fresco de hoy.
Las misericordias de nuestro Padre son nuevas y frescas cada mañana. Él no espera a que hayas agotado el «paquete» de misericordias para darte una nueva provisión. Si utilizas pocas «misericordias» al día, terminan volviéndose como «pan duro» que no consumiste en días anteriores. Él ha provisto una abundante e inagotable provisión de misericordia para cada día, la cual se renueva por completo cada mañana.
¿Vives con esa perspectiva de abundancia diaria, aprovechando al máximo lo que está a tu disposición? ¿Vives con la expectativa de que cada mañana esa provisión se renueva por completo, para que puedas rebosar de propósito en tu entorno? Cristo cumplió todas las condiciones para que puedas recibir la revelación del amor del Padre en tu vida y vivir en la plenitud de sus misericordias cada día. Su misericordia te permite disfrutar la inconmensurable grandeza de Su poder a tu disposición y desarrollar una mentalidad de abundancia en el amor del Padre.
El beneficio de vivir con esa mentalidad y perspectiva es radical, ya que te impulsa a aprovechar al máximo todo lo que hoy tiene provisto. No te limitas a una mentalidad de escasez donde hay poca energía, escasa motivación, recursos limitados y un propósito pobre e insignificante. Tu mañana y tu día están llenos de una provisión nueva y fresca, abundante e ilimitada, que proviene de la dimensión del Padre, un reino de gloria y excelencia. Vivir en las misericordias cada día es disfrutar la riqueza del llamado a ser un hijo de Dios.
Sí, es verdad que nos acercamos al fin de año, pero para nosotros, ese fin de año es solo un día más en el que nuestras «nuevas y frescas misericordias nos saludan con cada amanecer». A partir de hoy, te animo a adoptar una perspectiva de renovación cada día, cada amanecer, con las abundantes provisiones de las misericordias del Padre, siempre a disposición para tu vida, propósito y entorno. No tienes límites cuando vives en Cristo.
«Las tiernas misericordias de Yahweh no tienen fin, y la bondad de su amor infinito nunca se agota. Nuevas y frescas misericordias me saludan con cada amanecer. ¡Tan maravillosamente grande es tu fidelidad! Le digo a mi alma: “Yahweh es mi porción abundante. No necesito nada más. Así que pondré toda mi esperanza en él». (Lamentaciones 3:22-24, TPT).
¡Feliz Amanecer!