¿Eres un hijo de Dios de copiar y pegar?
“¡Qué buena está esa frase!”… y con un copiar y pegar la subimos a nuestras cuentas en las redes sociales o la colocamos en “nuestro estado”, sin considerar si verdaderamente es “nuestro estado personal” o, simplemente, una frase positiva atrapante. No tuvimos que pensar, meditar ni reflexionar acerca de si estamos viviendo esa realidad o haciendo lo que deberíamos para que sea nuestra verdad”. Sencillamente copiamos y pegamos y nos mostramos como personas felices, exitosas, enfocadas, positivas, inteligentes y en avance hacia lo que queremos en la vida. Copiar y pegar.
En esta era de revolución tecnológica es importante considerar los efectos que ella está teniendo en tu vida y en la Iglesia. Tenemos la posibilidad de estar más “conectados” que nunca, sin embargo, estudios demuestran lo contrario: cuánto más tiempo se emplea en las redes sociales y en el celular, más desconectados nos sentimos con nuestro entorno. Las redes están fomentando un síndrome que se llama “FOMO” o miedo a perderse la diversión que todos los demás parecen estar teniendo.1 “Parecen estar teniendo” es lo correcto. Creo que muchos pueden identificarse con haber visto “posteos” en las redes de personas “aparentemente super felices y sin ningún problema” cuando en realidad se sienten tristes, solos y frustrados, “intentando” (por decirlo así), proyectar otra realidad para ver si esto les ayuda a alcanzarla.
En su libro “Piensa, aprende y ten éxito”, la Dra. Caroline Leaf cita muchas estadísticas acerca de cómo la tecnología está afectando a la sociedad. Como hijos de Dios necesitamos ser sabios en aprovechar de su influencia y utilizarla para el bien, pero guardándonos de sus efectos negativos. Estos son sutiles y casi imperceptibles en un principio porque creemos que estamos más conectados, más informados y con más recursos para facilitar nuestra vida. Aunque hoy en día tenemos acceso a más información, esto está creando una brecha cada vez más grande en cómo aplicar “toda esa información” para el beneficio personal, y cuando digo “beneficio personal” me refiero a una aplicación práctica l de la información que se consume en internet.
Esto, a su vez, lleva a una mentalidad inconsciente cuando se traslada a nuestra relación con Dios y la Palabra. La facilidad de lo que “otro” posteó, lleva a que se viva una relación con Dios a través de la proyección de otra persona en las redes. Muchos hijos de Dios se nutren únicamente de los versículos que leen en sus pantallas y ya no toman tiempo personal para “hallar” la sabiduría por su propia cuenta, para su propia vida.
¿Está mal “copiar y pegar”? Claro que no. Lo que está mal y, tal vez, no sea tan evidente es cómo se ha hecho una costumbre el copiar y pegar algo sin pensar. No se toma el tiempo para meditar si esto es algo que yo vivo o, por lo menos, determino vivir. No reflexionamos como hijos de Dios si realmente esa frase que leemos, copiamos y pegamos conlleva el peso de la verdad del Padre, o si es simplemente una frase positiva, pero que carece de Su gracia lo cual impide que imparta algo de relevancia a quien lo lea. Podemos reconocer una “buen frase” o “un buen quote”, pero no sabemos cómo hacer para demostrar una mayor manifestación de esa verdad en nuestras propias vidas. ¿Por qué? Nos acostumbramos a que otros piensen por mí. Tenemos acceso a la información, pero no tuvimos que hacer nada para descubrirla, conocerla y practicarla.
Para un hijo de Dios esto es inaceptable si va a vivir realmente quién es, un hijo del Padre escogido y enviado a transformar su mundo. Internet nos puede dar acceso a mucha información, pero solamente Cristo nos da el acceso a una transformación que nos permite vivir plenitud. Él es nuestra sabiduría y Él nos guía para saber cómo aplicar la verdad en nuestras vidas personales. Esa aplicación práctica de la verdad nos lleva a ser personas fructíferas en la vida. Como hijos de Dios, no tenemos la necesidad de proyectar “algo de felicidad” porque nuestros valores están arraigados en Él, nuestro Principio y nuestro Fin.
No se puede vivir una vida sostenida en la verdad con “copiar y pegar”. Tampoco se puede estar preparado frente las adversidades o contratiempos en la vida con simplemente seguir páginas positivas de éxito. Tener la información de lo que Dios dice de ti para pegarla en tu “muro” o añadirla a tu “historia” no transforma. Es cuando tú permites que esa verdad se convierta en tu verdad y aprendes cómo aplicarla para transformación que tu vida halla el verdadero éxito. Desde ese fundamento, todo tu ser es afectado por el bien y la misericordia que Cristo es para ti.
La vida en Cristo es una vida de profundo compromiso con “conocer”, no simplemente “saber”. Conocer habla de una relación más estrecha entre el que facilita la información y el que la recibe. Esa relación con Cristo alumbra tu entendimiento, empoderándote para una aplicación práctica. Tu permanencia en lo que hallas en Cristo te nutre y te sustenta en una vida de profundo significado y propósito.
No se puede simplemente “copiar y pegar” para comprobar o experimentar la verdad. No somos hijos de Dios que viven una vida superficial. No somos una Iglesia siguiendo las modas y “trends” del mundo, compitiendo con sus estrategias. No somos hijos de Dios de “copiar y pegar”, negociando la verdad y presentando “algo” superficial. Somos embajadores del gobierno del Padre, enviados a ser una manifestación tangible de la Verdad que ha transformado nuestras vidas. Utilicemos las redes sociales y la tecnología porque son una gran oportunidad para “dar a conocer” a Aquel que nos llamó, simplemente asegurémonos que estemos bien conectados a la Fuente verdadera que es Cristo, y que la verdad que presento sea una verdad que vivo.
1. Think, Learn Succeed por Dra. Caroline Leaf.
