Tener expectativa marca la diferencia entre simplemente pasar un buen momento, y ser nutridos y activados en propósito. Es la diferencia entre llevar lo bueno y llevar lo mejor. Tomemos un breve tiempo para meditar, decidamos dar un paso de acción en nuestras vidas, de percibirnos y ser intencionales, de transformar nuestra forma de pensar, para vivir lo que Dios eligió, que vivamos en cada área de nuestras vidas…
Pensemos en “La importancia de caminar donde Él eligió que caminemos”. ¿Qué palabras resaltan en ese título? ¿Qué te provoca esa frase? ¿Alguna vez percibiste la obra de Cristo como algo que aún debías alcanzar? ¿O has tenido una mentalidad orientada al futuro, creyendo que algún día lo vivirías? Efesios 2:4- 7 (vs. 6) “Y en unión con Cristo Jesús, Dios nos resucitó y nos hizo sentar con él en las regiones celestiales… ”Dios nos ha colocado nuevamente dónde Él quiere.” Marcos 2:9-12 ¿Qué es más fácil, decir al paralítico: “Tus pecados quedan perdonados” o decirle: “Levántate, toma tu camilla y anda”? 10 Pues, para que sepan que el Hijo del hombre tiene autoridad en la tierra para perdonar pecados —se dirigió entonces al paralítico—: 11 A ti te digo, levántate, toma tu camilla y vete a tu casa. 12 Y el hombre se levantó, tomó su camilla enseguida y salió caminando a la vista de todos. Ellos se quedaron asombrados y comenzaron a alabar a Dios. —Jamás habíamos visto cosa igual —decían.”
El paralítico dejó de vivir en un estado para comenzar a vivir en el estado que Cristo le dio. Cristo cambió la posición de ese hombre, y esa misma verdad es para cada uno de nosotros hoy. Cristo cambió nuestra posición. Nos dio una palabra ungida con instrucciones para salir de donde estás y estar donde Él eligió. No necesitamos que Dios haga “más”; necesitas encaminar en lo que Él ya ha elegido para nosotros. Estamos completo en Él (Colosenses 2:10).
