Integridad
Vivir íntegro es vivir completo; también significa “que tienes todas tus partes”. Cuando el Señor es tu Pastor, el beneficio de esa relación es que “nada te faltará”. Esa verdad es respaldada por aquél que lo garantiza, el mismo Señor Jesucristo. Aun así, no es automática. Por un lado, hay una garantía; pero por el otro, su cumplimiento no es involuntario. Tú debes poner tu voluntad en esa relación para que esa garantía sea tuya. ¿Quién no querría vivir entero, completo, sin que le falte cosa alguna? Creo que la mayoría anhela una vida así, aunque no todos están dispuestos aprender a vivir en la profundidad de una relación con aquél que asegura dicho beneficio.
Podemos relacionar “El Señor es mi Pastor nada me faltará” con 3.ª Juan 2. Según ese principio, todo en la vida incrementa o mejora en calidad de vivencia según como tu alma prospera. Es por este motivo que hoy no vemos una mayor manifestación en la Iglesia de integridad = calidad de que todas sus partes estén. El alma debe prosperar con aquél quien garantiza ese beneficio. Las palabras “Señor” y “Pastor” están relacionadas con la verdad de que “nada me falta”. Si hay poca vivencia con “Señor y Pastor”, hay poca realidad de “completo o totalmente suplido”.
La palabra “Señor” se refiere a un reconocimiento de autoridad, de ser dueño y aquél quien manda; mientras que la palabra “Pastor”, indica alguien que cuida de “sus ovejas”, quien guía, alimenta, y protege. Con este entendimiento debes relacionarte con tu Padre Dios quien afirma que “nada te faltará”.
Cuando intentes en vivir tu vida como dueño, como quien manda y quien es totalmente responsable por lo que necesita en esta vida natural, te relacionarás con el Padre solamente en algunos aspectos de tu vida, o cuando llegues al límite. Sin embargo, si comienzas cada día sabiendo que tu vida pertenece al Señor, un buen Padre y que Él es tu Pastor entonces, tu perspectiva, enfoque, prioridades y forma de proceder cambiará radicalmente a una relación de interdependencia. Confianza y seguridad establecerán tu relación con el Señor como tu Pastor y esto conducirá a tu alma a prosperar. La verdad que “Nada me faltará” irá incrementando en una manifestación tangible y real que provocará un gran gozo, motivándote a seguir avanzando en el buen plan del Padre.
Aplicación Práctica
Cultiva una visión interior de una persona “entera, íntegra, que todas tus áreas están suplidas”. Esto es el fruto de un hijo de Dios que vive en relación con el señorío de Cristo. Su esencia de “Pastor” es vivenciado en un rol de “Proveedor, Cuidador y Protector”. ¿Te puedes imaginar “completo en Cristo”? Completo, no expresa “perfecto” en el sentido de que nunca hay desafíos o contratiempos, sino más bien una vida provista en todo y para todo.
Meditar en esa verdad llevará tu alma a crecer con una imagen interior fuerte, generando una creencia firme en aquél que es el Señor para ti. Piensa, ¿Ves faltantes de algo en tu vida? ¿Tienes una mentalidad de escasez o “lucha” que te está robando? ¿Hay un sentimiento de frustración o fracaso que está dominando tu subconsciencia? Crear una imagen de lo que realmente deseas, de lo que Cristo, tu Pastor, te ha dado es fundamental para vivirlo. Toma un momento y anota una pequeña descripción de lo que “nada me falta” significa para ti.
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